jueves, 13 de marzo de 2014

DESIERTO DE TURKANA

¿¿Qué hay de amigos??

Me encuentro de nuevo en Nairobi, centro neurálgico de todas las operaciones, donde se deciden los siguientes pasos a dar en mi aventura por Kenya, y esta vez teniendo que dar los pasos bien medidos para hacer todo lo que me queda sin salirme del plazo establecido con mi compañía aérea (30 de Marzo).

He pasado los últimos 10 días en el semidesierto de Turkana, conociendo  diferentes lugares, personas y teniendo nuevas experiencias. Personalmente, considero que ha sido todo un acierto el haber conocido esta parte de Kenia, mucho menos desarrollada que a la que estaba acostumbrado y viviendo de cerca otra realidad.

Cuando estaba preparando el viaje y se lo comentaba a la gente de aquí; normalmente la respuesta era que allí no había nada, que la gente se moría de hambre, no había agua, el trayecto hasta llegar allí por carretera era bastante peligroso así como las personas que habitaban por aquellos lugares. En este momento os puedo comentar que no ha sido esa la sensación general que me he llevado de aquel lugar.

Colega segurata en Lodwar, Turkana County
Obviamente las dificultades que el terreno y el clima acarrean son fáciles de entender, la cultura de los Turkana es, por decirlo de alguna manera, de otra época y parece mentira que estemos viviendo todos en nuestro 2014 d.C. Sin embargo, las personas de allí son como en todos los lugares, buenas en general, con sus familias, casas y problemas como todos. Más acentuados quizá, pero al fin y al cabo son vidas de seres humanos, cada uno con sus cositas…

Comencemos por el viaje a Turkana, con un poquito de miedo en el cuerpo, para que decir lo contrario, pero con la certeza de que no habría ningún problema. La idea era moverme de la misma manera que la gente de aquí, y si ellos iban en matatu, ¿para qué ir de motivado y saltarme ese paso? Además, como ya os comente, el precio de la avioneta era bastante “encasillador”, o tienes pasta o no, y no es ese el caso en este momento…

Atardecer desde el matatu, Turkano County
Viaje en coche hasta Nakuru, donde os comente que tenia la intención de ver el lago y algunos animales… dejémoslo en que vi algunas cebras por la carretera, impalas y monos, pero no termine de entrar en el Parque Natural, por un lado porque no disponíamos de coche privado (en el que fuimos, no lo pudimos usar) y además el precio de entrada al Parque era de aproximadamente 90 dólares y no merecía la pena teniendo en cuenta la hora a la que habíamos llegado (normalmente los animales se ven más al amanecer y al atardecer), y yo tenía que continuar con mi larga jornada hasta Kitale, ciudad en la que pasaría la noche con un chico becado de Moses. Dormí en una residencia universitaria y me eche unas buenas risas con los colegas del lugar.

Pastor con AK-47, Turkana County
Al día siguiente, cogí el autobús con destino a Lodwar. Me comentaron que el viaje duraría unas 8 horas y para eso me hice al cuerpo. Entraba dentro de lo posible teniendo en cuenta que la distancia era de solo 285 km… Sin embargo, a partir de Sigor, la carretera brillaba por su ausencia. Habíamos pasado Serangani Hills (Colinas de Serangani) y nos adentrábamos en el desierto. Pasábamos de un paisaje verde, fresquito y en altura, al semidesierto, con ríos secos (no llueve desde Septiembre), matorrales con unos pinchos que no veas, arena por doquier, cabras, camellos, algunas vacas y gentes vestidas a la manera tradicional de Turkana, con solo una manta, su asiento-almohada, un palo modo baston-latigo para cabras y como no, su móvil para comunicarse con sus colegas.



Las ocho horas de viaje, se convirtieron en las 12 que finalmente tardamos y que parece que son la norma en estos viajes ya que a la vuelta fue lo mismo. Sin embargo, pese a que fue un viaje duro, ya tengo el cuerpo acostumbrado a esto tras hacerme el Granada – Zaragoza que siempre me da tiempo para pensar en mis cositas. Sin embargo, y antes me quejaba, el espacio y el retrepe de aquellos asientos es muy agradable, claro que no el precio… (Ese blablacar!!! jaja)

Casa de barro en proceso, Lodwar, Turkana

En ese sitio hace calor eeeh!!! Estábamos alrededor de los 38 grados todos los días, y aunque estemos acostumbrados en España a esas temperaturas en verano, e incluso mas, solo es durante dos meses; algunos tienen aire acondicionado, piscina y la cervecita fría a tope o los refrescos con hielo o polo flashes, no te los quita nadie… pero aquí no, y es así durante todo el ano… Me sorprendió, pero entendí, que aquí el tema de las bebidas “frías” se entiende. No en la parte de Kenia donde había estado hasta entonces donde se bebe todo del tiempo, incluso la birra… Sin embargo, por fría se entiende fresquita, ya que los cortes de luz son el pan de cada día debido a la única y sin competencia compañía eléctrica del país… Por cierto, ojo con ducharte alrededor de las 3 de la tarde que te puedes quemar…
Atardecer desde la Montaña Rio de Janeiro, Lodwar 

Me estuve quedando en una casa de invitados dentro del mismo recinto que el Obispo de Lodwar. Al principio estaba yo solo ya que se había ido un grupo de cirujanos voluntarios españoles y así que me hice amigo de las cocineras, el manager del lugar, los de seguridad de por la noche… Con el segurata Steve hice buenas migas. Pasamos tiempo juntos, mascando unos tallos amargos que mezclábamos con glucosa pura por el sabor y que te mantenían alerta durante toda la velada; me llevo a ver a su familia en un campamento de desplazados por la violencia de las elecciones de 2007, vimos como construían una casa de barro, aprendí a conducir por primera vez una moto de marchas y ya soy un experto… en definitiva, un buen hombre

También conocí a Sor Cecilia y su proyecto “Blue Container”, en el que empezó trabajando con mujeres y jóvenes haciendo pequeñas manualidades, pero con el que ahora y tras cuatro años, hacen de todo, desde collares y animales de bolitas, hasta telas a mano con los clásicos telares, bolsos, cestas de mimbre, cunas de mimbre, cosas con huesos y espero que dentro de poco, algunos “amigurumis”, bolsos y carteras con materiales reciclados o alguna idea mas que le solté en el día que estuve haciendo mi cocodrilo y anillos de bolitas.

Telar de Blue Container, Lodwar, Turkana County
Sor Cecilia es una maquina, la alegría, pero también el esfuerzo, dedicación y “mala leche” con la gente que no trabaja lo suficiente han hecho que abra los ojos a la realidad más de lo que yo mismo me hubiera imaginado. Me atrevería a resumir lo que me estuvo contando en relación con un negocio. No se le da nada a quien no trabaje, y en caso de que lo hagan, se les paga en proporción a lo realizado. Si se les da cosas gratis a las personas, eso les mantiene en la misma situación y no se les educa en nuevas conductas. Los Turkana son básicamente un pueblo nómada, que no está acostumbrado a mirar al futuro (los animales comen hoy y beben agua hoy, y mañana la misma historia). Supongo que tras muchísimos anos, esa realidad ha terminado por formar su cultura. No entienden el sistema de hacer algo y no recibir la recompensa en el momento, no entienden que el dinero vaya al banco y luego de allí se vuelva a sacar y se les pueda dar tras un mes de espera, no entienden una vida sin ganado (aunque una persona tenga dinero, si no tiene cabras, para ellos, es pobre).
Manualidades Blue Container, Lodwar, Turkana County

Además, la cantidad de misioneros que han estado por estas tierras ha sido y es grandísima y el cambio que se ha producido en ellos no es tan grande como se cabria esperar. Quizás el problema es en cómo se ha gestionado esa ayuda y es algo que parece que está cambiando. Pese a que se siga entregando comida y ayudas de diferente tipo, lo que se está intentando ahora es hacerlos cambiar de mentalidad y conseguir que de alguna manera reciban una educación que les permita generar algo diferente a lo que han tenido hasta ahora. Quieran o no, el dinero les va a permitir acceder a cosas mas fácilmente, agua, alimentos u otras cosas…

Niños en las montañas cuidando del ganado, Turkana
Sin embargo, todavía existen muchas familias que dividen a su descendencia en diferentes labores. Unos van a la escuela y otros se dedican al pastoreo. Lo que me sorprende un poco es que es por todos sabido que los niños y personas que se dedican al pastoreo puro, están mejor alimentados que los que se han establecido en las ciudades. Cuidan de sus cabras, matan a algunas para comer, beben leche, sangre… Y los que están en asentamientos, tienen más problemas. Lo que pasa es que hay mucha gente, pocas cosas y que una familia ya no puede solo vivir y sentirse suficientemente realizados con alimentar a sus hijos y que estos alimenten a los suyos; ahora la diferencia es que hay que darle una educación a los hijos para que estos puedan mejorar su vida. Pero claro, ¿¿de dónde se saca el dinero??



Agricultora Turkana
La otra cuestión que me inquieta es: ¿porque tenemos que cambiar la vida y costumbres de personas que han vivido así durante toda su vida? Claro está que han tenido problemas siempre, falta de comida y agua y que la intención de las personas que están aquí es de ayudarles, ¿pero ayudarles a qué? ¿A integrarse en el mundo del dinero? ¿A tener “cosas”? ¿A tener cultura? Una persona yo creo que puede ser feliz teniendo comida y agua, pero no sé, ¿que mas?  La movida es que están en este mundo y que como no seas más listo que el otro… En resumen: “Unas veces te comes al oso, y otras veces, el oso te come a ti”… o si no ha quedado muy claro, quizás lo entendáis mejor con el refrán de mi amigo Keko (Francisco Javier): “Cuando el grajo vuela bajo, hace un frio del carajo”. Vamos, que no tengo la respuesta y quizás la pregunta no es la adecuada, pero seguiré pensando.

Llegue el viernes a Lodwar y el martes estaba zumbando para el norte con un Sacerdote español, para lo que se conoce como “Little Spain” debido a la cantidad de misioneros, sacerdotes y demás de origen español. Ocho horas de coche para recorrer 230 km, con dos pinchazos casi consecutivos, un bebe y una niña en mis brazos durante todo el camino, mucha agua consumida y baches absorbidos para no despertar a las criaturitas. Llegamos a Kaikor a la 1 a.m. del martes, y a las 8:30 a.m., me fui a la misa del miércoles de ceniza. Misa en lengua Turkana, con todas las mujeres engalanadas con sus collares y sus atuendos, el sacerdote español hablando Turkana (Padre Alex) y otro traduciendo de vez en cuando su ingles…
 
South Sudan a la izq, Etiopia a la dcha.


Balsa refrescante, Lebur, Turkana
De nuevo para el muy norte, a la Misión de Lebur, en lo alto de una colina y desde donde se podía ver, por un lado, South Sudan y por el otro, Etiopía. En definitiva un enclave maravilloso, con torbellinos de arena en la distancia, pero también con una reserva de agua en la que nos dimos un baño. Algo mágico para quitarte el calor y disfrutar un poquito del clima. Jajaja momento 10.
 Esa noche el pase por allí, compartiendo velada con 4 españoles y un Israelí. Dos de ellos, pareja y enfermeros itinerantes, haciendo una buena labor en Lebur, jeje. Diferentes casos los podían solucionar ellos, otros los mandaban para otros hospitales, recibían dinero de amigos de España y lo distribuían de la mejor manera. Los otros se dedicaban a ensenar agricultura, manualidades, cocina… Son sorprendentes las reacciones de incredulidad que tienen las personas de Turkana en relación con la agricultura. Al principio dudan, y luego quedan maravillados.

Casa de hormigas para controlar la temperatura,
 Lebur, Turkana
Es interesante también que conozcáis que hace un par de meses, una compañía inglesa ha descubierto petróleo por la zona de Turkana, y en las exploraciones, también una gran masa de agua subterránea. Sin embargo, los Turkana no estaban sorprendidos porque en su lengua, conocían esa zona como “Lugar con agua”. Esa balsa se supone que tiene agua para regar toda Turkana durante al menos 70 anos, por lo que se espera que el lugar cambie bastante de aquí a 10 años vista. Aun así, las noticias no son del todo positivas porque no se sabe la calidad del agua ni la profundidad. Respecto al petróleo, es un problema y no se cree que repercuta mucho en el pueblo debido a que la mayor parte de los ingresos irán a parar a la compañía que descubrió el pozo, otra parte para el gobierno, y en caso de que quede algo para los demás, el nivel cultural de los Turkana no les permitirá aspirar más que a puestos de seguridad u otros de baja cualificación, sin embargo, algo es algo y seguro que atraerá a más gente de dinero a la zona, con lo que espero que todos se vean beneficiados.

Hormiguero por dentro, Turkana



Tras la estancia en Lebur, me recogieron en coche para ir a Todeyang, a unos 300 metros del lago Turkana, pero que no pude visitar debido a la inseguridad de la zona. La noche anterior había habido un tiroteo y un hombre de la zona resultó herido. Habían ido a intentar robar el ganado de los vecinos, pero fueron descubiertos. Muchas historias sobre estos “riders” (ladrones de ganado) existen por la zona. Básicamente se dedican a robarlos en un punto entre una cuadrilla de 20 hombres y andar durante más de 24 horas sin parar y con poca agua. Llegan (o llegaban) a la tribu y eran recibidos como verdaderos héroes. Celebraciones, Matanzas y diversos honores para estas personas. Sin embargo ahora, en caso de que roben las cabras, deben cambiar de zona ya que no son bien vistos por su pueblo. Antes eran héroes, ahora ladrones.
 
Vacilando en la frontera, Todeyang, Turkana county


Antiguamente las personas que morían eran muchas más que ahora, pero en este momento, están intentando cambiar las costumbres y darle más importancia a la vida de otras personas. Están cansados de matarse unos a otros, y junto con los esfuerzos por unir pueblos y llegar acuerdos entre los ancianos del lugar, están disminuyendo estas conductas. Aun queda mucho por hacer pero parece que se están dando los pasos en  camino adecuado.

La bajada desde Todeyang hasta Lodwar, la realice en una avioneta de 6 personas. La primera vez que monto en una de estas y con unas vistas increíbles. Después de leer el libro que David Jaraba me dejo sobre el descubrimiento del Salto del Ángel, la verdad que lo estuve flipando durante las dos horas que duro el viaje.
Avioneta Todeyang - Lodwar, Turkana County

Llegada a Lodwar, cena en la casa del Obispo Dominique, de Lodwar e intercambio de muchas impresiones tanto de la vida en general de la zona, como de aspectos religiosos en todos los sentidos. Muy contento de estas conversaciones y de la sencillez del Obispo. Por la mañana habíamos ido a visitar un colegio de chicas, que espera ser internado y albergar a 500 niñas, pero que por el momento cuenta con 200. Esperaban un autobús colegial y estaban construyendo más aulas. Por desgracia, no pude ni trabajar ni echar una mano durante los días que estuve por allí porque los niños se encontraban de vacaciones entre trimestres.

Vistas desde la avioneta, Turkana
Con mi amiga Edel, Elyie Springs, Lake Turkana

De playeo en Lake Turkana
Al día siguiente, rumbo al Lago Turkana, Elyie Springs, con mi nueva amiga Edel, de la tribu kalenjin (la de los corredores Keniatas). Queríamos aventura para ese viaje y la tuvimos. Fuimos en picky-picky (moto-taxi) por el desierto, 4 horas montadas 3 personas en la moto, a base de botes, caídas, bancos de arena en los que tuvimos que andar durante tramos, escasez de agua…pero la verdad que una guapada. Elyie Springs es una especie de playa privada donde alquilamos una tienda de campaña a 10 metros de lago.  El lago Turkana (Mar de Jade) es el mayor lago permanente del mundo situado en un desierto y también el mayor lago alcalino del mundo, y allí estuve yo “jartándome” a cervecitas, pescado, ugali, estrellas y con una fogata… vamos,¡¡ de ricura!!
Camellos durante el viaje en picky-picky al Lake Turkana
  
Vuelta a Lodwar pero ya con la mente puesta en la bajada hacia Nairobi. Con escala en Eldoret de dos noches conociendo a otro hermano de Moses y su familia y con la intención de soltar otro curriculum cerca, en Iten, donde Lohnar (un antiguo corredor) tiene montada su fábrica de corredores. Muchos de los famosos corredores de hoy en día entrenan allí. No pude ver a ninguno, pero se respiraba en el pueblo el ambiente. Tras conocer al manager, me dijo que lo mandara por correo. Mandado y con respuesta negativa; no contratan extranjeros por las dificultades y precio del visado… no saben lo que se pierden…

Visite también un pequeño zoo, con serpientes, monos, tortugas, lizards, dos cheetas y dos leones, que me alegraron el día cuando se enzarzaron por algunos segundos. La hembra salió con algún arañazo, pero sin problemas.

Al día siguiente, vuelta a Nairobi, donde, como ya os dije al principio, tengo que preparar los siguientes pasos. En mente, algún safari aunque vamos a ver, y la costa, con Mombasa, Malindi, Kilifi y Lamu como objetivos.

Sin embargo, aunque me queden más de dos semanas aquí, también pensamos en el futuro a la vuelta en España. Algunas ideas pero todo muy abierto. Quizás algún otro curso de meditación para asimilar todo lo visto hasta ahora y flipar con lo que me espera. El curso tendrá lugar del 3 de Abril al 14 de Abril y es en Ávila, en la Colonia de Gredos. Si alguien se quiere apuntar, que pinche aquí.



Creo que se me ha ido un poco de las manos escribiendo, pero me habéis pillado con ganas jeje.  Pero en caso de que queráis leer un poquito más, no dejéis de leer también a mi colega Jorge Spínola y sus andanzas por España, Francia y Marruecos con su colega Japo y surfeando todo lo surfeable!! Pincha aquí.

¡¡Un abrazo a todos!!


José María

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